viernes, 29 de junio de 2007

Salida de la monotonía.


"El que no sabe expresar lo que su entendimiento conoce es una estatua, y el que habla sin saber, una cotorra". (Juan Amos Comenio."La Didáctica Magna".Cáp. XIX. N° 45. 1632).
Gran frase indicando en pocas palabras una relidad tan frecuente como el curso que sigue el agua en busca del óceano; cuántas veces hablamos y hablamos y al preguntarnos que es lo que queremos decir en concreto, nos quedamos fríos como hielo, o muchas veces sabemos tanto y lo queremos decir todo pero no encontramos las palabras justas. Es como hablar de un paisaje tan bello que quedó en tu mente pero no puedes describirlo con palabras.
Como profesores muchas veces sabemos tanto y no encontramos la forma de trasmitir el conocimiento o contenido a nuestros estudiantes u otras veces no sabemos mucho pero entregamos tanto que al final lo que creamos no son más que palabras sin fundamentos que provocan los grandes fracasos en los estudios de nuestros niños.
He aquí un salvavida para los profesores LA DIDÁCTICA que puede ser una ciencia o un arte, pero lo verdaderamente cierto es que a falta de palabras o ha sobra de ellas la didáctica es una gran ayuda para que el silencio no inunde la sala pero tampoco no nos ahogemos con palabras sin fundamentos.

RECUERDO INFANTIL
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
"mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón".
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.
Antonio Machado
No dejemos que la monotonía inunde nuestro quehacer docente y para lo cual esta la didáctica como fuente creadora donde nosotros los profesores podemos realizar una clase adaptada para nuestros niños donde no falten y sobren palabras, pero para lo cual debemos tener la iniciativa para mejorar cada día nuestra labor como educadores.